"Hace 9
meses, llegaba una chica tímida y calladita. No conocía a nadie,
la ciudad no le gustaba mucho y a veces tenia ganas de volver.
Hoy, se
marcha una persona diferente, que ama a Alicante como tan solo se
puede querer a algo/alguien de verdad... o sea, aceptando todo lo
bueno y lo malo, sus cualidades y sus carencias.
Hoy, vuelve
a casa un Erica que llevará en el corazón para siempre todas las
personas buenas y los Amigos que han cruzado su camino. Todas las
experiencias que han hecho estos meses largos e intensos."
Es lo que escribí cuando me fui de España. Cuando terminé mi servicio voluntario, y volví a Italia... En noviembre 2012, o sea, hace ocho meses.
Hace 8 meses otra vez, volvió a "casa" una persona que no sabia ni quién era ni cuál era su lugar. Una chica que sufría mucho, perdida entre la nostalgia del pasado y la angustia por el futuro.
Esa chica ya no se callaba nunca. Esa chica había aprendido a expresar todo lo que sentía, lo malo y lo bueno, y dejó salir todo lo que tenia adentro en el profundo.
Empezó a escuchar a si misma de verdad y quizás por primera vez.
Empezó a amarse, con lo difícil que es hacerlo.
Ya son ocho meses, el tiempo de esta vida "reggiana" es casi igual al tiempo de la vida alicantina, aunque no me parece, aunque siento ese tiempo de España tan cerca y tan pegado a mi alma - a mi cuerpo - a mi mente.
Ya son ocho meses, y fueron de alguna manera igualmente intensos y largos.... distintos, solitarios, introspectivos, pero llenos.
En este tiempo he tomado decisiones importantes, me quedé sola, dejé la que consideraba mi casa, y luego empecé a viajar, a trabajar, a estudiar, a retomar amistades, a escribir, a meditar...
Bruselas, Roma y luego Grecia y por fin España otra vez; cada viaje con su propio sentido, cada persona con su propio papel.
Cada vuelta con sus reflexiones añadidas.
Ocho meses después,
después haber pisado otra vez el suelo de mi querida ciudad española,
de haber vuelto a caminar por "mis" calles,
de haber visto de nuevo los ojos de las personas Importantes,
de haber llorado en frente de mi vieja casa,
después de todo esto siento que hice un paso más en el larguísimo camino que voy siguiendo.
Siento que tendría que añadir un pequeño trocito al circulo que queda tatuado en mi piel.
Un poquito de tinta más.
Sunrise in Alicante |
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